lunes, 27 de febrero de 2012

Caza con galgos: Prohibición Vs Regulación. 2ª Parte. Regulación


En esta parte abordaremos el análisis de las medidas y actuaciones por la vía de distintos tipos de normativas destinadas a reducir o prevenir el maltrato, abandono y muerte prematura de perros de raza galgo en España.  Una de las cuestiones que actúa como catalizador de la tragedia actual que vive esta raza es la inexistencia de una regulación adecuada en materia de protección animal que tenga en cuenta las especiales características de la práctica de caza con galgos y del colectivo galguero. El trágico complemento a esta regulación pobre, es el incumplimiento de las normas existentes por parte de los cazadores y la escasa supervisión de las administraciones públicas en lo que se refiere a protección animal.
El aspecto más íntimamente ligado a la utilización de galgos y que a la larga más víctimas produce, suponiendo la piedra angular en materia de una mejor regulación de esta actividad, es la cría indiscriminada y la tenencia masiva de ejemplares de galgos. Esta es la primera cuestión a desarrollar, para después proponer medidas para la lucha contra todo tipo de abandono, eliminación de ejemplares no válidos, sacrificio injustificado en veterinarios, robo y tráfico ilegal de galgos, entrenamiento con vehículos a motor y condiciones de vida de estos perros.

Cría indiscriminada y tenencia masiva

El galgo español es, con mucha diferencia, la raza de perro con mayor importancia en términos cuantitativos en España. La cifra total es desconocida, pero diferentes estimaciones la cifran en un número no menor del medio millón de ejemplares. Estos datos pueden parecer inverosímiles a la mayoría de la población.  De hecho un porcentaje elevado de españoles, debido a razones geográficas, o por vivir en  grandes ciudades, nunca habían visto un galgo en la vida real hasta la reciente irrupción de esta raza de perro como animal de compañía en nuestras ciudades.  ¿Por qué hay un número tan elevado?.
Las razones de esta realidad tienen que ver con la actividad de caza con galgos en el Sur e interior de nuestro país. La caza de liebres con galgos es una modalidad de caza no selectiva (es el animal depredador el que persigue y da caza a la presa sin intervención humana alguna) en la que el animal que sirve al cazador (el galgo) representa el cien por cien del lance cinegético.  A diferencia de otras modalidades de caza, donde el perro es un complemento del hombre, aquí el animal lo es todo, siendo el propietario galguero, un mero observador del momento de persecución y muerte de la liebre.  A esto hay que añadir, que en esta la actividad, tal y como está concebida a día de hoy, lo más importante no es la capacidad o habilidad del perro para capturar a la liebre en campo abierto, lo que se persigue, se busca y en definitiva la cuestión central de esta modalidad es la de determinar, de entre dos galgos que persiguen a una liebre, cual corre más cumpliendo unas determinadas características reglamentarias en la persecución y muerte de la presa.
Por tanto, el galgo, como objeto central de la actividad, se convierte en un instrumento en el que se buscan la confluencia de una serie de características idóneas, ya sean físicas, morfológicas, de carácter, de entrenamiento, o de comportamiento en carrera. Esto hace que un gran número galgueros traten de encontrar los mejores ejemplares.
Por otro lado hay que tener en cuenta dos cuestiones. La primera es que los cachorros, habiendo excepciones, no son probados con garantías hasta una edad que oscila entre los 10-15 meses. Y por otra, que la vida útil para la práctica de la modalidad para estos animales no excede de los tres o cuatro años, cuando, como es normal pensar, es un perro con una esperanza de vida media en el entorno de 10-12 años.
Estos factores analizados unidos a la existencia de un mercado que valora enormemente los ejemplares con mejores características, hace que una buena parte de los galgueros críen camadas anualmente y acumulen un gran número de perros bajo su custodia, ya sea para la práctica de la caza, para la venta de los mismos o para la competición.
La realidad y exigencia de este tipo de caza, donde el perro, como ya se ha explicado es el punto fundamental, hace que en la búsqueda de los mejores galgos, una mayoría de ellos sean descartados por distintos motivos (taras físicas, escasa velocidad, problemas de comportamiento, edad, carácter en carrera, lesiones, enfermedades, incumplimiento del reglamento en carrera …). La concepción del perro como instrumento de uso, hace que una vez que estos galgos han demostrado no ser aptos para sus propietarios, se convierten en una pesada carga, tanto económica como de espacio en los lugares que habitan.
Este exigente círculo vicioso, de crianza, prueba y descarte de perros es la raíz de toda la problemática asociada al bienestar de estos animales y la polémica actual de cara a la prohibición de esta práctica. Ya que en un grueso de las ocasiones el descarte de estos animales se realiza mediante el abandono, la entrega en perreras públicas, el sacrificio veterinario de animales sanos, o el asesinato por diversas vías.
A su vez, la cría y acumulación masiva de animales en pos de los mejores “productos” (como los propios galgueros los definen) y el tráfico legal e ilegal de los mismos, hace que en una mayoría de casos, las condiciones de vida de estos animales, aún cuando todavía no han sido descartados, tienen lugar en unos parámetros de miseria, pobreza o aislamiento absoluto. Condiciones inaceptables  para cualquier raza de perro en la sociedad Europea del siglo XXI.
En cuanto a la cría y tenencia masiva de galgos, no existen diferencias sustanciales para los diferentes estratos sociales. Podemos ver un ejemplo en galgueros no habituales de los altos círculos de competición , como es el caso de este vídeo:



O podemos observar otro ejemplo en las cuadras de un galguero de fama reconocida, tal como es Joao Moura, rejoneador portugués y ganador de la Copa S.M. del Rey de galgos en 2010, o ganador de la Copa la Ina en 2011-12. Estas son sus instalaciones, que aunque situadas a pocos kilómetros de la frontera española, se encuentran en territorio portugués:



Aunque, como hemos hablado de condiciones de aislamiento, quizá sea oportuno poner el ejemplo del bunker-zulo de Carlos Sanz, actual Presidente de la Federación Española de Galgos, en un pueblo de Castilla y León. Sobra decir, que la visita de los periodistas en este caso era prevista y es interesante analizar las condiciones idóneas de vida de un animal (dentro de un cubo de hormigón armado), para el máximo representante del colectivo galguero en España.


Una primera medida que parece clara sería la limitación efectiva del número de galgos que cazador pudiera tener.  Controlando el número de galgos por galguero, se reduciría el número de ellos desechados, se desincentivaría la cría indiscriminada de camadas de galgos, y en principio, sería presumible que a un menor número de perros, correspondería un menor gasto de mantenimiento y es de esperar que sus condiciones de vida pudieran mejorar.  Sin embargo, y suponiendo que esto fuera así  ¿Cómo hacerlo?.
Para empezar a hablar de un control efectivo, este debería realizarse de forma oficial, es decir, por parte de algún organismo público. En este caso, sobra decir que la Federación Española de Galgos (vista la práctica de sus representantes) no son la entidad adecuada para ello, además aquí se estaría hablando de la práctica al completo, ya sean galgueros federados o no. La propuesta más razonable, sería que se creara una base de datos de carácter nacional con un seguimiento y control poblacional por parte de las comunidades autónomas (Consejerías o Departamentos de Medio Ambiente) o incluso, para ser mucho más efectivo por la Guardia Civil (Seprona).
Se debería fijar un número límite de perros por cazador con las siguientes características:
-          El límite sería el mismo y con carácter máximo para datos cruzados de catastro de propiedades. Es decir, un cazador no podría multiplicar los ejemplares poniéndolos a nombre de su esposa o hijos. El límite lo sería por cazador y por propiedad inmobiliaria.
-          El seguimiento y control del cumplimiento de la norma se realizaría por parte de algún organismo con autoridad de carácter coactivo e instantáneo, véase Guardia Civil (Seprona)
-          Cada animal tendría un único e indivisible propietario, que fuera el sujeto sobre el que pesaran todos los deberes correspondientes al cumplimiento de la normativa exigible. Por tanto no se podría minimizar o limitar la responsabilidad compartiendo la propiedad del animal.
-          El propietario debería ser persona física, nunca jurídica. La posible adscripción de los perros a Clubes, entidades mercantiles, deportivas o de otro tipo, podría dificultar, o diluir, las responsabilidades penales del verdadero dueño del animal en muchos casos.
-          La base de datos sería de carácter nacional.
-          Se debería establecer un régimen sancionador que desincentivara claramente el incumplimiento de la norma. Lo más coherente, es que se estableciera una progresividad creciente y acumulativa contra el galguero que incumpliera la norma, acordando, tras un número determinado de sanciones o dependiendo de la gravedad de estas, la inhabilitación del mismo para la tenencia de todo tipo de perros.

La introducción de una norma de este tipo ayudaría en gran medida a reducir las terribles consecuencias de la caza con galgos en España, pero contaría con el rechazo frontal del colectivo galguero, que al ver mermadas sus capacidades de selección entre una multitud de ejemplares, verían desvirtuada su práctica.

Control de Criadores

Como medida que acompañara la limitación efectiva del número de galgos por propietario se debería de controlar, de forma simultánea la crianza de camadas. Para ello se debería unir a la base de datos de ejemplares un registro oficial de criadores. La normativa, teniendo en cuenta que en la base de la problemática de los galgos en España está el elevado número de camadas incontroladas, debería ser claramente desincentivadora  de la cría de camadas. Esto se logra con dos instrumentos complementarios, la limitación de crianza y venta sólo a criadores autorizados, y el establecimiento de un sistema de tasas desincentivador para formar parte de dicho registro de criadores autorizados. La conexión entre los datos del registro de ejemplares y los de criadores podría establecer, no ya sólo el destino de las camadas autorizadas, sino también las ventas de cachorros y todo el tráfico mercantil asociado a las mismas. Datos que debieran ser muy útiles de cara a la fiscalización por parte de las autoridades tributarias, de un negocio hasta hoy tan oscuro, como la compra y venta de galgos en España.

Identificación de perros

Supuesta una limitación efectiva en el número de galgos y un cumplimiento de un control y fiscalización de camadas, así como de compra-venta de galgos. ¿Cómo asegurar que no son eliminados para cambiarlos por otros?.  Este es el campo de la adecuada identificación de los animales. El principio básico a cumplir, es que todo el que tenga un perro, sea responsable de su bienestar hasta el final de sus días, o de encontrarle una salida coherente con su bienestar, si por razones de fuerza mayor (entre las que no se encuentra su capacidad para la caza) no puede hacerse cargo de él. Pero para poder controlar esto hay que saber con exactitud identificar cada perro de forma individual y con el 100% de fiabilidad.
El uso del chip para la identificación de galgos ha resultado ser una medida claramente insuficiente para controlar su número y las distintas y penosas situaciones que viven estos animales. La facilidad para la localización del chip, hace que los galgueros puedan quitarle el chip a los animales antes de abandonarlos, dejarlos en una perrera o asesinarlos de distintas formas. El tatuaje en orejas tampoco ha resultado ser efectivo existiendo la posibilidad de amputación de distintas formas de la oreja del animal.
El avance de las técnicas de identificación por ADN actuales, así como la economicidad de las mismas hacen posible que la identificación de perros con esta técnica sea ya posible y deseable. Por tanto, todo galgo debiera estar identificado por su código genético fuera cual fuera su edad, estado físico, utilización básica y propietario. Este dato sería de una importancia capital porque permitiría el control efectivo de la vida del mismo, desde su nacimiento hasta su muerte. Y además centraría en el propietario la responsabilidad de su vida como cachorro, de su vida como galgo apto para la caza y de su vida tras ser retirado de la caza o de la cría hasta el final de sus días.
Este código indentificativo sería el dato básico en lo que se refiere al perro, de la ya comentada base central de registro de ejemplares de galgos en nuestro país.
Sobre decir, que la identificación de todos los galgos, aptos y no aptos para la caza, será rechazada de plano por todo el colectivo galguero. En este caso, la consideración ética para con los galgos que ya no son aptos para la caza es difícil de inculcar en este colectivo, para el que estos animales han perdido toda funcionalidad o valor, y evitarán la carga de cualquier tipo de responsabilidad al respecto.

Contra el abandono

La identificación efectiva de los perros es la mejor medida para poder denunciar a los responsables de su abandono. El abandono ha de ser siempre considerado como un acto de maltrato animal. La reglamentación en el caso de los galgos debería ser lo suficientemente clara y estricta para que cualquier caso de extravío, robo o pérdida fuera notificado con carácter inmediato a las autoridades, para evitar la picaresca consistente en declarar, que una vez que el perro ha sido encontrado abandonado y localizado su dueño, este declare que se le había extraviado. Para ello sería útil la creación de métodos rápidos y sencillos para denunciar extravíos o pérdidas, tales como teléfonos gratuitos, o denuncias on-line o con modelos preestablecidos.
De la misma forma, la entrega de galgos por parte de sus propietarios en las perreras municipales o de otra clase, sin la garantía real para el bienestar del animal y su futuro, debe ser considerado abandono y por tanto maltrato animal. Lo coherente, en este caso, es que los propietarios de los animales entreguen en las perreras animales que no puedan atender por causas de fuerza mayor. En ningún caso, estas causas debieran ser el retiro de los ejemplares de perros que ya no valen para la caza o que no le interesa mantener al cazador. En este caso, la medida es muy sencilla de cumplir. Una vez controlado el número y el destino de cada animal por parte de las autoridades, los casos de fuerza mayor para dejar un perro en la perrera deberán ser debidamente justificados. La repetición de un mismo galguero (o una misma referencia catastral) en los argumentos de causa de fuerza mayor, invitarán a la investigación, sanción e inhabilitación para la caza del responsable del abandono, independientemente de las responsabilidades administrativas o penales que se puedan derivar de sus actos.
En la actualidad, en España, las perreras públicas aceptan el abandono masivo de galgos y todo tipo de perros con la connivencia de las administraciones locales y regionales, que así esconden el problema del abandono y eliminación de perros “sobrantes” . En algunos lugares, como en las zonas galgueras de la provincia de Badajoz,  los galgos a desechar, son recogidos por vehículos de la administración regional, a instancias de los ayuntamientos, sin control de número ni estado físico, para ser llevados a perreras que actúan como sumideros o campos de exterminio. Por tanto, es razonable pensar que cualquier avance en el sentido de minimizar el abandono, ya sea el ilegal (en la vía pública) o el legal (en perreras) será una tarea muy complicada.
Galgo joven abandonado por su propietario en la perrera de Olivenza (Badajoz). 2009

Eliminación de ejemplares no válidos

Se sabe que la mayoría de los galgos desechados por los cazadores por todas las causas ya explicadas son asesinados por ellos mismos y eliminados de diversas formas. Principalmente tirados a vertederos, a pozos o enterrados en el campo. Sólo una minúscula parte de estos casos es hallada por los ciudadanos y una proporción aún menor, es denunciada e investigada por las autoridades para la búsqueda y castigo de los responsables. Es lógico pedir un mayor esfuerzo a toda la población para la denuncia de estos casos y también a las autoridades, para el esclarecimiento de los mismos.
La única manera de luchar contra estas prácticas salvajes es el control de los galgos y su identificación efectiva. De esta forma, con una reglamentación efectiva, los galgueros no podrían justificar la ausencia de los animales que han sido eliminados y sustituidos por otros en sus cuadras. Y del mismo modo que en los anteriores casos, esta falta de información y justificación de los galgos que ya no tienen deberían conducir a la sanción e inhabilitación para la tenencia de perros de aquellos que no pudieran aclarar el destino de los lebreles de su propiedad. Independientemente de la responsabilidad penal exigible en los casos hallados de asesinatos de perros.
Actualmente, ni existe, como ya se ha visto, la identificación efectiva, ni el control de los galgos de los galgueros, por tanto, el camino a recorrer en este aspecto sería muy largo. Y como en el resto de la regulación propuesta no contaría con el apoyo del colectivo galguero, habida cuenta de que todas estas medidas harían difícilmente viable una práctica que tiene en la renovación de galgos jóvenes una de las claves de su existencia.

Vertedero con los restos de más de cien galgos asesinados en Villatobas (Toledo) . 2009


Sacrificio injustificado realizado por veterinarios

Otra de las formas que tienen los cazadores de deshacerse de sus “productos” sobrantes es el sacrificio en una clínica veterinaria. Esta es una práctica minoritaria, debido a los costes que supone para el galguero este tipo de solución a su problema. Dado el casi inexistente control actual de las prácticas de los galgueros para con sus perros por la administración, la ecuación Coste/Beneficio de llevar a sus perros no válidos a morir a una clínica veterinaria no hace esta la mejor opción, comparada con métodos de eliminación menos considerados con el animal, pero más baratos, como pueden ser tirarlos a un pozo, o pegarles un tiro en un vertedero. No obstante, y conociendo la creciente sensibilización de parte de la sociedad contra el asesinato “tradicional” de galgos, estos casos existen, e incluso, son considerados como una buena práctica o una actitud ejemplar dentro del colectivo galguero.
En estos casos, se ha de volcar el esfuerzo y la presión sobre el colectivo veterinario. El sacrificio de animales sanos (le valgan o no al propietario para cualquier cosa) va en contra del Código Deontológico oficial del colectivo veterinario. Es necesario que esto se conozca a todos los niveles. Para ello se deberá denunciar al veterinario en cuestión y darle la máxima publicidad al asunto. Estos casos de mala praxis veterinaria sólo cesarán cuando se hagan públicas denuncias que acarreen la apertura de expedientes en el Colegio de Veterinarios, para que aquella minoría de profesionales que acceda a realizar estos sacrificios injustificados sea conscientes de los riesgos personales y económicos a los que se enfrenta.
También estos casos serían evitables con un control efectivo de número de perros y un seguimiento efectivo de su destino por parte de las autoridades.

Se adjunta link al Código Deontológico de la profesión veterinaria:

http://colegioveterinarios.net/uploads/files/codigo_deontologico.pdf


Robo y tráfico ilegal de galgos

La continua búsqueda de los mejores galgos por los miembros del colectivo galguero, unido al descontrol de la cría y tenencia de estos animales por parte de las autoridades hace que exista un mercado negro muy activo para estos perros. Los lebreles más cotizados, generalmente por haber demostrado sus cualidades en campeonatos o por haberse granjeado una fama en el mundillo galguero por la calidad de sus descendientes, pueden llegar a venderse por cantidades astronómicas de dinero. No es extraño que se realicen transacciones de compra-venta de galgos por valores que superen los veinte o treinta mil euros.  Esta es la gota que colma el vaso del catálogo de desgracias que sufre esta raza en España. La potencialidad, aunque remota, que todo cachorro tiene de convertirse en un galgo con buenas aptitudes para la competición, existe, y por tanto, esto los convierte en objetos que cotizan un valor en el mercado y con los que se puede hacer negocio. Y no sólo los cachorros, sino también las hembras y los machos adultos por su capacidad para críar.
Este movimiento de dinero y estas posibilidades de negocio son las que atraen a este mundo a redes de delincuentes de todo tipo con el objetivo del robo de galgos. Desde redes organizadas, hasta ladrones oportunistas cuyos objetivos son los galgos potencialmente aptos para la caza, o simplemente susceptibles de tener un precio en el mercado negro. Y a esta causa es principalmente debida la asociación de galgos en los mayores focos marginales de nuestras ciudades y pueblos.
En este mercado, como en todos por definición, existe oferta y demanda. La demanda de galgos jóvenes tanto en el mercado de galgos robados como en el de críadores “tradicionales” está constituido por miembros del propio colectivo galguero. Como no podía ser de otra manera según el principio de búsqueda de los mejores galgos temporada a temporada.
Además, en el caso de los robos, estos se ven favorecidos porque en la mayoría de los casos los perros malviven (como se ha podido ver gráficamente) en cuadras, búnkeres, zulos u otros espacios destinados a tal efecto, pero prácticamente en ningún caso comparten techo con su propietario (tal y como lo hacen los animales de compañía). La mayoría de estos robos se hacen en este tipo de dependencias cuando no están los propietarios, aunque también se han reportado casos de robos en domicilios, robos con violencia etc… aunque son mucho menos frecuentes.
El mercado negro, la marginalidad, y el tráfico de estos animales no hace sino favorecer la existencia de casos de maltrato, asesinato y abandono. Por tanto, en este sentido las medidas regulatorias deberían conducir a perseguir los robos de perros y a controlar la existencia de un mercado “en la sombra” de estos animales.
Una aproximación sencilla a las causas de este problema nos puede conducir a las posibles soluciones. Si la existencia de ejemplares deseados y con una alta cotización favorece un mercado ilegal y los robos se deberían buscar medidas que eliminaran ese concepto de una “alta cotización”. En este sentido una medida que sin acabar con la práctica de caza con galgos reduciría los robos y mercado negro sería la eliminación de cualquier tipo de competición de carácter oficial. De esta forma se evitaría dar publicidad y prestigio a los perros ganadores o “grandes competidores” y no se promocionaría este terrible mercado.
La eliminación de toda competición oficial de caza con galgos no acabaría con los robos, pero reduciría bastante su frecuencia y mermaría con toda seguridad el tráfico ílegal de galgos robados o no, al eliminar las grandes referencias de estos mercados. No obstante, medidas como esta, que favorecerían el bienestar de miles de galgos y de sus propietarios no son consideradas por los representantes del mundillo galguero, que sigue empeñado en la promoción y multiplicación de toda suerte de competiciones de esta modalidad en territorio nacional.
Es destacable, que a día de hoy, no constan ni son públicas decisiones de ningún estamento oficial que representa a organizaciones galgueras, que expulsen, inhabiliten, o sancionen a ningún miembro de las mismas por la participación en tráfico ilegal o robos de galgos.

Entrenamiento con vehículos a motor

El entrenamiento de galgos atados a vehículos a motor es todavía una práctica habitual. No es extraño encontrarse en caminos públicos a galgueros tirando de cuatro, cinco o diez galgos atados con cuerdas todo tipo de vehículos para recorrer varios kilómetros en lo que se supone es el entrenamiento de estos perros. Esta es una práctica prohibida por la normativa actual, y afortunadamente cada vez es menos habitual verla. No obstante todavía está muy arraigada en determinadas zonas de Andalucía, Extremadura e incluso en zonas de Castilla-La Mancha muy cercanas a Madrid. Las medidas regulatorias en este sentido pasarían no sólo por establecer un régimen sancionador ejemplificante y claramente desincentivador de estos ejemplos de maltrato animal, sino por regular además las condiciones en que estos animales pueden ser atados a vehículos de tracción no motora ,como las bicicletas, en cuestiones como temperatura exterior, numero de animales, condiciones de los herrajes etc.
Además resulta indispensable que los casos conocidos de entrenamiento con vehículos a motor sean denunciados para no relajar la presión ante esta abominable práctica.
Los representantes del mundo galguero tienen otra opinión a este respecto. Valga como ejemplo las reuniones que la Federación Andaluza de Galgos ha mantenido con responsables de los servicios de Medio Ambiente de la región de Andalucía en 2011 para la legalización de estas prácticas que están consideradas como maltrato. Por tanto, es de suponer, que no se contaría con el apoyo de este colectivo en una deseable revisión de las normas a unas que favorezcan un mayor bienestar en los perros.

Entrenamiento de galgos con vehículos a motor.


Condiciones de vida

Cualquier avance en la normativa sobre tenencia y utilización de galgos no estaría completa si no se establecieran una condiciones mínimas de bienestar de estos animales mientras están en manos de los cazadores.  Se debería exigir un mínimo de espacio por animal, así como la prohibición de tener a los perros atados en los corrales o jaulas.  También se debería obligar a los galgueros a tener las condiciones de ventilación y refugio adecuadas para un adecuado bienestar de los animales.
Este apartado debería incluir las ya comentadas condiciones de habitabilidad, de protección contra las inclemencias meteorológias,  prohibición de la instalación de sistemas antiladrido que afecten a la calidad de vida de los animales, condiciones de alimentación , salubridad y exigentes medidas sanitarias.

Conclusiones sobre regulación

La batería de medidas propuestas en este texto, así como otras que se puedan proponer forman parte lógica de la evolución hacía un mejor trato a los animales en una sociedad europea actual.
Hay que tener en cuenta que la caza con galgos es una práctica tradicional en las zonas rurales de España. Son estos, lugares con bajos índices alfabetización y desarrollo educativo (en términos relativos a los existentes en las zonas urbanas). La tradición ,la incultura, las derivaciones económicas de esta actividad y la resistencia al cambio de las personas implicadas hacen que las lógicas evoluciones en materia de bienestar animal choquen contra el muro del colectivo afín a los cazadores y con unas administraciones públicas locales temerosas de pagar un precio en votos a cambio de una imparable evolución en las leyes que rigen el bienestar animal.
La consecución de una buena parte de las medidas aquí propuestas , debido a la complejidad y el coste de su cumplimiento, reducirían la práctica de la caza con galgos a una minoría pudiente y la harían inviable para los bolsillos más modestos. Esto, y sin falta de razones, podría ser considerado injusto para una gran mayoría de los que utilizan a los galgos. En este sentido, medidas intermedias como la eliminación de cualquier tipo de competición oficial, ayudarían a no beneficiar exclusivamente a las clases con mayor capacidad económica.
A largo plazo, las únicas medidas realmente efectivas son las preventivas. En este sentido, la educación en valores de respeto y buen trato a los animales harían más a largo plazo que cientos de regímenes sancionadores a corto.
Una regulación que reduzca sensiblemente el maltrato, abandono y asesinato de galgos, es una tarea complicada, que engloba distintos campos de actuación y que siempre contará con la oposición de todo el mundo galguero.
Bajo el principio, de que el que contamina… paga. Toda la regulación para la reducción del maltrato y sufrimiento de estos animales, así como la gestión de su destino de retiro, cuando sea necesario, debe ser costeado por los responsables del problema, es decir, el colectivo galguero. Estos costes deben ser reglamentariamente incorporados a su práctica y deben ser asumidos como parte de ella.
En caso de que estos avances, puedan llegar a ser algún día una realidad, nos podremos empezar a plantear que nuestro país deje de ser la vergüenza de Europa en materia de trato a sus perros.

En la siguiente entrega parte Caza con Galgos: Prohibición

domingo, 19 de febrero de 2012

Caza con galgos: Prohibición Vs Regulación. 1ª Parte. Planteamiento

¿Podemos acabar con la tragedia de los galgos en España?
¿Es posible conseguir mediante el avance en la normativa la mejora de las condiciones de vida y muerte de estos perros?
¿Es la prohibición de la modalidad una utopía que no conducirá a ninguna parte?
¿Cuales son las cuestiones que se deben plantear para disminuir el sufrimiento de tantos animales?
¿En que punto estamos? ¿Hay motivos para la esperanza?
¿Se puede llegar a algún tipo de entendimiento duradero entre los colectivos de cazadores y proteccionistas?
¿Cual es el papel de la administración?¿Y su responsabilidad?
¿Qué nos deparará el futuro?
...
Diez preguntas que bien podrían ser mil. Todas ellas con el objetivo de poner sobre la mesa la problemática asociada al abandono y maltrato de galgos en España. Sus implicaciones y posibles soluciones.

Corral de un galguero. Quintana de la Serena (Badajoz)
Prohibición Vs Regulación

A pesar de que prácticamente todas las propuestas en defensa del bienestar de los galgos en Europa tienen un fin compartido que es el fin de la tragedia de esta raza de perros, las orientaciones prácticas a la hora de plantear el problema son muy distintas. Frente a la exigencia de la prohibición de la modalidad de caza con galgos como única solución propugnada por algunos (entre los que yo me encuentro), podemos encontrar voces que apuestan por una regulación mucho más exigente en la tenencia, cría, comercio y utilización de estos perros. Se busca, en este caso, la mejora de las condiciones de vida de los perros de los cazadores, la prevención del maltrato, del sacrificio no veterinario, del abandono y de todo el catálogo de miserias que día a día vemos en nuestras carreteras, pueblos, protectoras, redes sociales etc. 
Antes de analizar ambos planteamientos, es necesario que se establezcan unas premisas iniciales para que el texto quede claramente enfocado y no haya lugar a malas interpretaciones. a esto dedicaré la primera parte de la exposición, para que en posteriores entregas podamos analizar en profundidad cada una de las opciones.

La vida más mísera.
Planteamiento y premisas iniciales

En primer lugar, cuando se hable de caza con galgos el lector deberá entender como incluida la práctica de las carreras en recta. Es claro que son "usos" diferentes a los que se emplean los galgos en España, pero a los efectos de este texto se considerarán como englobadas en el término "caza con galgos". A diferencia de lo que ocurre en otros países donde estos animales también se encuentran en una situación de explotación, como pueda ser Argentina (carreras y caza) o Irlanda y EEUU (carreras), en nuestro país la utilización en la modalidad de caza de liebres en campo es claramente dominante frente a otras prácticas y es a la que haremos referencia. Pero todo lo dicho para ella se considerará aplicado a las carreras, que como apoyo a lo ya expuesto se celebran en España en la épocas en la que la caza está vedada, fundamentalmente en primavera y verano.

No es objeto de este texto el entrar en polémica con cifras de abandonos y maltrato de galgos. Doy por demostrada la existencia del problema y su magnitud. Es indiferente que la cifra real de abandonos, asesinatos, sacrificios sin razón veterinaria o entrega en protectoras sea de diez, veinte o cien mil ejemplares al año. La premisa de partida es que se trata de una situación inasumible para una sociedad que se encuentra, medido según el Indice de Desarrollo Humano de la ONU, en el puesto 23 a nivel mundial en cuanto al nivel de desarrollo social. Las posturas negacionistas siguen existiendo y tienen como origen el colectivo de cazadores. Sin embargo, nosotros aquí daremos ese paso como superado y no le dedicaremos ni una linea más. El problema existe y es indiscutible. El hecho de que las cifras oficiales no sean representativas de la realidad es responsabilidad, a partes iguales, de las personas que estamos implicadas en protección animal y de la administración pública. Y este si será un punto de necesario análisis.

El problema es sumamente complejo. A pesar de que podamos manifestar nuestra repulsa e indignación por tantos y tantos casos de maltrato. Las causas, las raíces, las prácticas, las consideraciones éticas hacia lo que es o no adecuado en cuanto a trato y utilización de los animales; así como el entendimiento de la sociedad rural de determinadas zonas de nuestro país hace que el abordaje de las distintas soluciones y enfoques al problema no sean tarea sencilla. Si le preguntamos a la sociedad su opinión acerca de que alguien cuelgue a su perro de un olivo con una cuerda de tender, el cien por cien mostrará su rechazo (incluso el que lo ha colgado). Si después de preguntamos a las mismas personas que les parece que sus perros vivan en una cuadra, el porcentaje de rechazo bajará sustancialmente (sobre todo en función de donde lo preguntemos). Y así seguiremos ramificando y diversificando un problema difícil de entender y que nos enfrenta con la concepción que tenemos de los animales y su interacción con nosotros, los humanos.

La visión aplicable de lo que aquí exponemos es la de la persona que se ha encontrado con este problema o que lo quiere conocer. Es decir, cuando se hable de defensa del galgo español, se entiende por galgo español a todos los ejemplares, ya sean aptos para la caza y carreras o no. El colectivo de galgueros emplea el término "defensa del galgo" como sinónimo de "defensa de la caza con galgos" o de "defensa de los galgos que son aptos para ser utilizados en caza, cría etc". Partiremos de este término también como una etapa superada, y al referirnos a "defensa del galgo"  lo haremos pensando en todos. Incluiremos por ejemplo, a los de edad avanzada, a los lesionados, a los cojos, a los enfermos, a los sanos, etc...

Para no llevar a interpretaciones erróneas, cuando se hable de galgueros, se entenderá a aquellas personas que utilizan sus perros para la caza de liebre en campo y /o para las carreras. Incluimos aquí a criadores, cazadores federados, no federados, residentes en un cortijo con coto propio de 1500 Ha´s, residentes en una infravivienda, que compitan, que no compitan, que vendan perros, que los compren,  de cualquier etnia y edad. Todos con la coincidencia que utilizan esta raza de perro con esta finalidad y que da alguna manera o de otra están ligados a este mundo de utilización del galgo no como animal de compañía.

El hecho de centrarnos sólamente en el problema de la caza con galgo no excluye que exista una dramática situación para muchos perros en España que no son galgos. Esto no es una coletilla necesaria como justificación de un clasismo entre razas de perros. El maltrato y abandono de perros en España es un problema general y afecta a todas las razas y colores. Mi experiencia personal, que ha estado condicionada por lo vivido en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía me ha mostrado lo peor del trato a los perros. En el problema del galgo hay algo tan claro, tan desproporcionado y brutal, tan institucionalizado y tan centrado en un colectivo, que es necesario atacarlo por separado. Además, es tal la proporción de esfuerzos y recursos que emplean las asociaciones y personas implicadas, que me hace pensar que si se lograra una solución o un avance sustantivo en cuanto la problemática del galgo, mejoraríamos automáticamente la capacidad de las asociaciones y organismos para la lucha contra el maltrato y abandono general, sin centrarnos en razas o prácticas. Y esta causa si que no se resolverá ni abordará tan fácilmente, porque nos implica a todos y penetra en los más profundo de nuestros hogares, ya seamos de campo o ciudad, de llanura o de playa. Esperemos que esa sea nuestra única lucha algún día.

Fijadas estas premisas podremos abordar con la máxima claridad la cuestión y posibles soluciones.

En la siguiente parte: Caza con Galgos: Regulación

El Guadiana y la traílla



sábado, 11 de febrero de 2012

Una auto-crítica constructiva

Cada vez veo más gente que se preocupa por el bienestar de los animales. A la gente le parece menos extraño que en su entorno haya alguien que visita un protectora, que acoge perros abandonados o que acude a una manifestación contra el maltrato animal. Es evidente que gran parte de esta percepción está causada por la difusión de las redes sociales, fundamentalmente Facebook y Twitter. 
La descripción de toda esta masa social, desde el punto de vista de la implicación en el mundo de la protección animal bien podría tener una forma típica de pirámide de población. Una base muy amplia, que representaría el simple interés o simpatía hacia estas causas y que se manifiesta por un golpe de click en el "me gusta" de determinada noticia o difusión. Seguida de personas más implicadas que difunden y se preocupan por solucionar casos etc. Así, según subimos en la pirámide, y con volúmenes más bajos encontramos las personas que se implican en el mundo real (voluntarios, socios de protectoras, independientes, etc...). Y finalmente, en la parte más alta de la pirámide los miembros y responsables de protectoras, que son, al final, los que más sufren y entienden el problema. Los más implicados y los que tienen mayores cotas de responsabilidad.

Lo que no podemos negar, es que el número total de personas que están, de alguna manera o de otra, dentro de esa pirámide, es grande, y cada vez más. Y aunque haya momentos (como el fin de la temporada de caza) en que parezca que no se avanza nada, si miramos retrospectivamente y sabemos andar unos cuantos lustros atrás, veremos que si hemos ido a mejor.

Ahora me haría unas cuantas preguntas:

A pesar de las diferencias que todos tenemos y tendremos. ¿No luchamos contra un enemigo común?.
La incultura, las ideas reaccionarias de tradición, la ignorancia, la incomprensión para con los animales...¿No son esos los enemigos de todos?.
¿Hemos pensado cual sería el resultado si en las causas generales, tales como la Ley de Protección animal, campañas anti-caza o anti-festejos con animales, toda nuestra masa social fuera con un mensaje claro y una sola voz?. Puede que me equivoque, pero creo que el salto cualitativo sería muy amplio.

Creo que la sociedad de nuestro país y de nuestra esperanza llamada Unión Europea, nos debe empezar a oir. Y sería bueno que nos oyeran de forma coordinada, firme y coherente. Un millón de mensajes lanzados por un millón de personas, no son ni parecido a un mensaje que representa a un millón de personas.

Esto no hará que muchos de nosotros pensemos igual, o que coincidamos en las orientaciones y puntos de vista, pero quizá si que nos demos cuenta que luchamos contra enemigos comunes. Enemigos a los que no ganaremos con guerra de guerrillas.

Quizá pueda parecer un pensamiento idealista o utópico. No lo es, en el fondo es cien por cien pragmático. Es el único camino para conseguir que las cosas mejoren de una vez y para siempre.

El siguiente video es de los Monty Python y acompaña este mensaje, reflexionemos todos. En nuestra mano está luchar para ganar.

Peralvin


lunes, 6 de febrero de 2012

Día a día

"Ya me lo has demostrado todo, ya he visto lo que quería ver,
te falta paso, codicia, no quieres liebre, estás sucia,
ya no me volverás a dejar más en ridículo, 
ya no me volverán a decir en el pueblo que crío chuchos.
No te mereces el pan y las sobras del carnicero,
no te mereces la mugrienta paja del corral...
Ahora verás lo que te mereces, ahora te vas a buscar la vida. Si!
Tú!. Tú que no eres capaz de mostrarle al resto de la gente
quién soy yo, y quienes son los galgos de mi corral.
Ya no existes para mi, y me encargaré de que no existas para nadie.
Todo el mundo te verá y pasará de largo, serás invisible.
Y si alguno te ve, le huirás para siempre, esa es tu maldición,
es lo que te mereces. Porque ya no me dejarás en ridículo,
ya no me volverán a decir en el pueblo que crío chuchos..." 




domingo, 5 de febrero de 2012

Estamos en twitter

Estamos en twitter.

Os dejo el nombre:

peralvinEGT@peralvin

A los que tengais perfil en esta red, nos veremos en el twitterespacio. A los demás, nos seguiremos viendo por aquí normalmente.


miércoles, 1 de febrero de 2012

Cargados de razones

Para aquellos que no lo hayáis visto ya en su página web, aquí os dejo el vídeo que tuve la oportunidad de grabar a principios de este invierno en Asociación Las Nieves:



Para mi, el trabajo fue sumamente gratificante porque me permitió disfrutar del cariño de todos los peludos acogidos por Las Nieves. Además nos permite ofrecer a todos la oportunidad de estar más cerca de ellos. Internet nos ayuda muchas veces a denunciar y a mostrar nuestra desesperación, pero también, como en este caso, nos muestra un mensaje de esperanza y amor en los ojos de todos y cada uno de los perritos acogidos en el albergue de Las Nieves.

Para los seguidores del blog, casi al final del vídeo, podéis ver a Malena, la protagonista del vídeo 6 meses, que publicamos aquí en verano del año pasado. Con ello quise hacer ver, que cada uno de los acogidos tiene una historia, algunas más duras, más espectaculares, otras menos... pero todos ellos coinciden en algo. Son animales a los que el destino les negó una familia, un lugar donde sentirse queridos, les negó un sitio en su manada

Una gran parte de los protagonistas de esta historia serán finalmente adoptados por familias responsables, otros ya tienen en Las Nieves su familia y su manada para siempre. Pero para todos, la soledad y la pesadilla terminó. Ellos saben que ya que tienen una mano humana que les cuida y que les quiere, ahora ya sólo se preocupan de ser perros, nada más. No pueden hablar, pero mirad a sus ojos y vereis este mensaje transmitido de forma nítida.

Respetando las opciones de todas las personas que se dedican a la protección animal desde diversas ópticas, desde aquí siempre hemos impulsado la opción de que los esfuerzos, las ayudas, las aportaciones etc, se hagan a través de asociaciones serias. Este es sólo un ejemplo. Hay muchos otros, en vuestras provincias, en vuestras regiones, conocedles, ayudadles, no os arrepentiréis.

Nosotros seguiremos apoyando la labor de Asociación Las Nieves. Son ya muchos años los que llevamos ayudando en lo que podemos y sufriendo los sinsabores de esto que se llama protección animal. Mucho tiempo admirando su labor y aprendiendo de ellos en este, nuestro mundo, que va tan rápido y a tantos seres deja por el camino. Ya sabeís.... Cabeza fría y corazón caliente.

Peralvin