Los que leéis habitualmente este blog, sabeis que nunca se ha utilizado como difusión para casos concretos o como plataforma para buscar adopción para los animales que hemos rescatado. El de hoy es un caso especial y su historia se remonta a hace más de dos años, en el corazón de Extremadura.
Fue una mañana de invierno de 2010, en la que yo salí en coche desde Badajoz a Mérida bajo una pertinaz lluvia y con mucha prisa para llegar a una cita de trabajo temprana en la capital de Extremadura. Al pasar por Talavera la Real a más velocidad de la que dice el reglamento pude ver con el rabillo del ojo, lo que me pareció la figura de un perro atropellado en la mediana, otro más, pensé. Por su posición y la pinta que tenía, en esa décima de segundo crei que era lo que parecía, otro perro abandonado muerto, otro de caza, el fin más común de los no validos para los cazadores.
Dos horas después hice el trayecto de vuelta, no había parado de llover, y cuando pasé por el mismo punto algo me llamó la atención. O yo me había levantado ese día muy acartonado, o el perro estaba en otra posición. Cuando conseguí hacer el cambio de sentido y acceder a la mediana le pude ver. Tirado en un charco, tiritando, de frio, de miedo y de dolor. Una de las escenas más duras que he tenido que ver en las carreteras. Intentaba huir de mi moviendo las patas delanteras, el resto del cuerpo estaba paralizado. Grabé la escena para denunciarlo públicamente, pero estaba tan nervioso que no debí hacerlo correctamente y luego no había nada en la cámara.
Cuando yo estaba tratando de calmar al perro bajo el agua y pensando como iba a ser capaz de moverlo hasta mi coche cruzando la A-5, llegó la Policía Local de Talavera la Real, aquello fue una parte más de la miserable historia de Lolo. Lo podríamos situar a la misma altura de aquel que le abandonó, o del que le atropelló y no detuvo su marcha.
Lo primero que quería hacer la Policía era coger al perro (inmóvil de cintura para abajo) con un lazo y parece que pretendían llevarlo colgando hasta meterlo en el coche patrulla. Ahí me di cuenta de que la policía no me ayudaría ese día. Le metí en mi coche, y me acompañaron a la entrada del pueblo para hablar en un sitio más seguro. Al fin y al cabo, lo que hubieran hecho ellos, era dejar al perro en un almacén del pueblo, y esperar que en unos días llegara el coche recoge-perros de la Diputación y se lo llevara a Olivenza. Sin lectura de chip, sin veterinarios, sin protectoras, sin nada. Es duro decirlo, pero para hacer eso con un perro herido, más vale pegarle un tiro ahí mismo y acabar con su sufrimiento.
Lolo, un caso muy especial
Ese día empezó una nueva vida, que le llevó a distintos veterinarios y buenas personas. Una vida dura, con operaciones, convalecencias y recuperaciones, pero con personas que le querían y le cuidaban. Su columna vertebral no estaba rota, y fue recuperando la movilidad poco a poco, lo único que finalmente dejó en aquella maldita autovía fue la posibilidad de recuperar una de sus patitas de atrás, que finalmente perdió.
Hoy, dos años después, sigue en casa de la persona que lo acogió en Extremadura, es un perro tímido pero muy bueno. Todavía no ha podido recuperar la confianza plena en los hombres, pero es bueno y cariñoso con aquellos que le miman y le cuidan.
Lolo, otoño de 2012.
Ahora, por necesidad de la persona que le ha cuidado todo este tiempo, hemos de encontrar una casa definitiva para él. Los que hemos compartido con él los momentos malos sabemos que es un animal lleno de amor, y que aunque siga siendo tímido con los desconocidos, hará muy feliz a aquella familia que le de su definitiva oportunidad. Para mi, y para todos los que hemos estado con él en este tiempo, esa sería una prueba de que al final de todo, la protección animal tiene sentido.
En los próximos días podremos ver como se hace pública la resolución que autoriza a tirar de galgos con vehículos a motor en Andalucía. El resto de territorios que tengan los mismos intereses vendrán después, no hay duda.
Es necesario reflexionar acerca de cómo hemos llegado hasta esta situación. Desde mi punto de vista, lo único que está claro es que no nos debemos de sorprender. Las federaciones de galgueros llevan mucho tiempo peleando por este asunto, han visitado todos los estamentos que han podido, han sido recibidos como deportistas y finalmente han conseguido lo que pedían.
Fuente: http//:ramonportillophotography.com
Como ha sido
Pongámonos en la piel de un técnico de Medio Ambiente o de Sanidad Animal y de su jefe, un flamante Director General de la Consejería de turno de cualquier Comunidad Autónoma de España. Probablemente la caza y los animales les importen un pepino, pero tienen delante un grupo de presión que mueve todos los hilos posibles a través del entramado político para dar la matraca sobre un asunto.
Se sientan con ellos y les dicen que representan a x miles de galgueros, x cientos de clubes, que mueven x miles de euros y que lo que piden no le va a costar un céntimo a las arcas públicas.
¿Ah? y que dices, ¿que luego nos vamos a ir a comer jamón todos juntos?, perfecto.
Oye, para lo que queréis ningún problema, sólo me hacen falta un par de informes firmados por veterinarios y que nosotros pidamos nuestros escritos a diferentes técnicos de la Junta, pero ningún problema, dame unos meses...
Pasan los meses y aquí está la resolución. Los 10 galgos atados con cadenas al coche, y la cabeza bien alta (los galgos la llevarán bien estiradita por la cuenta que les trae). Y cuando me cruce con la loca de los perros del pueblo ya verás el acelerón que doy...que les den a los ecologetas...
Como podía haber sido
Diez días después de la primera reunión hecha pública para pedir la legalización del asunto y mostrar las barrigas y bigotes de los "deportistas" se presentan en la Consejería de la Junta 4 personas que quieren ver al Director General. Este no les recibe. Al día siguiente, en las redes sociales y los periódicos on-line se difunde la noticia con nombres de técnicos funcionarios y del Director General denunciando que un grupo de representantes de Federaciones y Protectoras de Europeas han sido invitados a salir sin ser atendidos de un edificio de la Junta.
Unos días después la reunión se produce. Y esas cuatro personas son: Un responsable de la agrupación de protectoras de esa comunidad autónoma, un responsable de la agrupación de protectoras nacional, un responsable de la agrupación de protectoras europeo y un Eurodiputado. Aportan nutrida documentación e informan de un calendario de movilizaciones e información a grupo de presión a todos los niveles. A la salida, dan una rueda de prensa, mostrándose confiados en que la propuesta de los cazadores será archivada.
Esa misma mañana, uno de los técnicos llama a uno de los representantes de la Federación de galgos correspondiente con quien trabó una gran amistad en la larga sobremesa tras la reunión y le confiesa que la cosa se está complicando y que no lo ve claro.... fin de la historia.
Moraleja
El esfuerzo de tanta buena gente en Andalucía y otros lugares para que barbaridades como esta no se legalicen no sirve de nada si no somos capaces de canalizarlo. Hoy ganan los malos, y lo seguirán haciendo, porque somos muchísimos, pero a la hora de la verdad parece que no somos nadie. Mientras sigamos yendo cada uno por nuestro camino sólo nos quedará llorar y dar un "me gusta" en Facebook.
Hoy tiran de los galgos con vehículos y es legal, mañana decidirán que es legal tirarlos a un pozo, y lo conseguirán, porque no tienen a nadie enfrente. Nadie está sentado en esa mesa para defender a los animales.
En el juego político los galgueros ganan porque no tienen adversario, se ponen los guantes y el calzón y saltan al ring. Pero no tienen que dar ni un puñetazo, nadie se presenta a la batalla...
Hoy nos damos una vuelta por el mundo y podemos comprobar que además de ser noticia por nuestra terrible situación económica figuramos en las crónicas periodísticas por una de nuestras fiestas más famosas. Como cada mes de Septiembre, cientos de personas en una comarca de Castilla y León han perseguido, torturado y asesinado a un toro, uno de los símbolos de identidad patriótica, de la manera más salvaje y cobarde.
Tordesillas es ya la imagen de una España que agoniza.
Así nos ven:
E.E.U.U.
Suiza
Australia
India
Sudafrica
Alemania
La siguiente pregunta que me viene a la cabeza es:
¿Hay vida inteligente en La Moncloa?
Sin duda, todo esto mezclado con el gore-financiero que vivimos a diario en la prensa internacional al respecto de la situación de España es la mezcla perfecta. De hecho, voy a acabar pensando que al final todo esto se permite con objeto de ahorrar dinero a las arcas públicas, porque después del espectáculo internacional que damos todos los Septiembres desde el corazón de Castilla ya no tiene sentido promocionar la marca España. Dejénlo, no tiene sentido hacer más campañas turísticas, el daño que ya se ha hecho a la imagen de este pais es sencillamente irreparable.
Hoy, después de la barbarie, sólo me queda la esperanza de que algo de vida inteligente quede de los Pirineos hacia el norte y haya alguien con arrestos que se plante y diga alto y claro:
-Ni un maldito euro para España mientras se comporten como salvajes y sigan permitiendo que unos cuantos tarados avergüencen al resto de Europa.
Es curioso ver a los lanceros Tordesillanos montados en sus preciosos caballos, la mayoría de estos energúmenos vive de la agricultura y la ganadería. Pasean en buenos 4x4 y tienen estos y más equinos en sus cuadras, están por encima del bien y del mal. Sin embargo todos deberíamos saber que estas prebendas están a la postre financiadas por Europa y sus contribuyentes, que dedica a la PAC (Política agraria común) más de la mitad de todos los dineros europeos. Dineros sin los cuales, la mayor parte de estos lanceros estarían orinando sobre sus manos agrietadas y alanceándose entre ellos por un saco de harina.
Hoy nos ponen a Europa entera en la prensa internacional y se ríen de nosotros. Cobardes, el destino os pondrá en vuestro sitio.
Una conversación como esta, a veces, vale más que mil imágenes. El terror es que todavía se da una vuelta para ver si hay alguno nuevo que llevarse.
Esto es la caza con galgos en España. estos son los galgueros. Pero cada día somo más los que queremos enseñarle al mundo cual es vuestra manera de actuar.
Dicen que la caza con galgos representa una lucha de poder a poder entre liebre y galgo. Afirman los galgueros que ellos aman a la liebre tanto como al perro, que disfrutan del lance y que la liebre siempre tiene oportunidad de ganar, de escapar.
Dicen ser amantes del campo, de la naturaleza y de la plasticidad de ver a galgos y liebre en la llanura española.
" Una liebre con dos galgos se avasalla, y si se va, que se vaya..." Refrán galguero "La crueldad no requiere ningún motivo para ser practicada, apenas oportunidad.". George Eliot
Torreciega (Cartagena). Murcia.
Hallazgo de 2 galgos ahorcados en un olivo.
En el argumentario del mundillo galguero estas prácticas forman parte del pasado, y los animalistas siempre las sacamos a la luz utilizando imágenes de hace más de veinte años. Sólido argumento ¿no?
Para que una salvajada de este tipo llegue a conocimiento de la opinión pública tienen que darse una serie de acontecimientos encadenados. En el video lo podemos ver claramente, probablemente no salgan a la luz más que una pequeña parte de los hallazgos de este tipo descubiertos, y tambien muy probablemente no se descubran más que una pequeña proporción de los que realmente ocurren.
Después de que un miembro del colectivo galguero español (directos, indirectos, adscritos, simpatizantes etc...) cometa el delito tras conducir a los inocentes perros al olivar (no me pienso detener en el acto y su denuncia porque no tengo estómago), se tiene que dar como mínimo lo siguiente:
- Que alguien lo vea. Quizá para una persona que no conozca bien el campo español esto puede parecer algo raro, pero no lo es. Si se quiere hacer algo así y que no se descubra en el campo, es muy probable que se consiga, ya sabeis... ancha es Castilla... No es este caso, al salvaje que hizo esto, parece que le daba igual que se descubriera su cobarde acto.
- Que el que lo vea haga algo. Tampoco es sencillo. En todas las zonas galgueras, todo el mundo asegura haber visto hallazgos de este tipo (que si en el pinar, que si en el olivar, que si en el pozo o en el canal...), pero muy pocos de estos casos acaban en denuncia o en manos de la prensa u opinión pública. Cuando uno se sale un poco del mundo animalista no es fácil encontrar personas que sepan lo que hay que hacer, o simplemente que sepan que algo se debe hacer.
- Que el funcionario de recibe la denuncia haga algo. Es curioso, pero real. Aqui resulta muy común que las denuncias de maltrato animal muchas veces no sean escuchadas. Se me cae la cara de vergüenza, esto es España.
No son casos aislados, son muchos mas de los que se dice, muchos mas de los que se difunden, muchos más de los que se descubren...
Vivimos en una etapa de nuestra historia como sociedad en la que todo se hace rápido. Se lee, se piensa, se critica y se sentencia a golpe de frase lapidaria o foto comentada en las redes sociales, blogs o titulares de prensa. Si algún gurú predijo hace ya más de veinte años que la sociedad iba a quedar hipnotizada con tanta velocidad y tanto exceso de información, no hay que darle más vueltas, acertó.
Yo intento no ser pasto de los mensajes simples, directos, y con poco sentido crítico que recibo a diario en número de docenas o cientos; los bancos, los especuladores, los políticos, la UE, los gobiernos, los recortes, las tropelías, los abusos, los salarios... Soy consciente que muchos de estos mensajes, fotos, posts, etc... están cargados de razón, y que las redes sociales se han convertido en un método del siglo XXI para darlos a conocer. Pero me intento resistir a tanta velocidad, me niego a pensar que se pueden reducir los problemas relativos a, por ejemplo, los recortes en el gasto público, a una simple diapositiva rotulada con cuatro frases que leo en Facebook.
Creo que uno de los pilares de la libertad del individuo y, por lo tanto, del desarrollo de la sociedad, es la capacidad crítica. Y esa capacidad, es en gran medida, la que nos estamos robando a nosotros mismos en este mundo sobre-informado y sin pausa.
A pesar de lo difícil que es separar el grano de la paja en el ciberespacio, hoy hemos tenido un ejemplo clarísimo. La siguiente foto ilustra la noticia:
La misma foto puede venir comentada o rotulada de diversas formas. Algunos gritaremos, o sentiremos nauseas, otros es probable que sonrían o aplaudan, en este último grupo puede haber incluso personas que sientan placer. Yo, sin hacer ningún tipo de interpretación política, sólo veo dolor. Un animal salvaje que es alanceado por un hombre. Un caballo asustado. Sudor, rabia, sangre. Un aullido desgarrador.
Está en marcha la inclusión en los planes cinegéticos de Castilla-La Mancha de esta salvaje modalidad de caza del jabalí. En ella participarán 3 seres vivos, dos de ellos no lo habrán elegido, y uno de ellos morirá de forma salvaje en nuestros campos. Será acosado por los lanceros hasta que sea vencido.
¿Seremos capaces de parar el inicio de esta práctica medieval?
¿Servirá la movilización de las redes sociales para evitar una barbarie más en nuestro país?
Parece claro que cuando esto se ha promovido, es que hay personas que tienen interés y han puesto algún recurso en intentar lanzarlo.
También hay personas que luchan de forma activa y práctica contra estas y otras muchas salvajadas que se producen España contra los animales. Ellos también consiguen cosas y necesitan recursos, y más conseguirán cuantos más sean y de más recursos dispongan.
Quizá, en un domingo por la mañana del próximo otoño, un hombre como este limpie los restos de mugre, sangre y tejidos desgarrados de la punta de su lanza mientras cuenta a la cuadrilla su cobarde hazaña. Y ese mismo Domingo, muchos de nosotros estaremos en nuestra casa viendo los doscientos mensajes de la red social y dándole a la tecla de "me gusta", y es probable que pensemos que hacemos bien, pero siempre me quedará una duda...¿cuantos "me gusta" valen un euro de nuestro dinero o una hora de nuestra colaboración activa?
Las soluciones vendrán desde fuera. Lo que vemos aquí es un rayo de esperanza, una oportunidad para creer en el fin de esta tragedia.
Y a los que piensen que nadie de fuera nos va a permitir, obligar o prohibir nada, pues poco tengo que decirle, simplemente que se lea los periódicos de hoy y los que quedan por venir...
Y si nuestros políticos no escuchan o no quieren escuchar la voz de sus ciudadanos y de los ciudadanos europeos, esperaremos el día en que los políticos europeos les susurren algo en forma de Directiva a los españoles.
Ese día llegará, y nosotros estaremos aquí para verlo.
El próximo 9 de Junio, ciudadanos europeos se manifestarán frente a la sede del Parlamento europeo en contra de la tragedia de la caza con galgos en España.
En ese mismo edificio, sede del poder legislativo de la Unión Europea, cinco Eurodiputados todavía esperan (y ya van más de 6 meses) la respuesta oficial del gobierno Español al respecto del requerimiento que el Parlamento Europeo realizó acerca del problema en Octubre del año pasado.
Es probable, que desde la sede del Gobierno de España, piensen que se nos ha olvidado la carta. Nada más lejos de la realidad. Ni olvidamos nosotros, ni los Europarlamentarios, ni tantas y tantas personas en muchos países que quieren ver el fin de una de las mayores vergüenzas de España.
Nuestros corazones y el recuerdo de los miles de perros exterminados como consecuencia de la explotación de galgos en España estarán allí, el próximo 9 de Junio.
Hay algunos lugares de la Mancha toledana donde no hay ni principio ni fin de temporada de caza. Enero es mes de abandono, Abril es mes de abandono, Agosto...
Aquí, algunos galgos son abandonados antes de que puedan ser probados con garantías, muchos con edades muy tempranas. No busquemos las causas, no tratemos de explicarnos el por qué. Es lo que hay, lo ves o no lo ves. Te paras a echar comida o lanzas una patada más a otro galgo más.
Carreteras generales, España rural, el puesto de melones y la tienda de quesos y artículos de caza. Bocadillo rápido, el niño a hacer pis en la tapia y en el parking el galgo se comerá las sobras... pero no os acerqueis! que no se sabe que enfermedades tienen.
El desgraciado que espera su trozo de basura se lo pondrá fácil:
-No se preocupe señora, no se acercará. Ya le han enseñado en su corta vida lo que significa acercarse al ser humano.
Para nosotros sólo queda pedir suerte y valentía. Sólo podremos ayudarle si ella se queda, y eso depende mucho que quienes se crucen con ella.
Espero que algún día pueda entender y querer a algún ser humano. A lo mejor, entonces, y a su manera pueda perdonar a los que la dejaron tirada. Porque su alma es limpia y pura. A nosotros nos será más difícil, porque cada día nos vemos más alejados de quienes utilizan y abandonan a los animales. También son hombres, pero no son de nuestra especie, son basura.
Apenas la habíamos digerido, hemos rematado la indigestión del día con la segunda. No es día 28 de Diciembre, así que no es coña, es cierto:
Tiempos oscuros corren para el bienestar animal en el sur de Europa. De nuevo vemos como los pasos avanzados por nuestra sociedad se ven amenazados, triste España, tristes españoles. Una pobre vaquilla escupe baba y dolor frente a más de mil niños que representan una parte del futuro de nuestro pueblo. Mientras tanto, el Presidente del Congreso de los Diputados, máximo representante institucional de la casa de la soberanía nacional, abre las puertas de la Carrera de San Jerónimo a los "valientes matadores", gentes con olor a estiércol en una axila y Chanel en la otra.
La defensa de la tradición, del negocio y de una España que ya no es profunda sino profundamente real. ¿Son más los que defienden el dolor y la tortura?.¿Son acaso más importantes?.
No. Esto es la Democracia Real, española, la de las grandes amistades en las monterías y el ministro en barrera del 10 en Las Ventas, la del que no distingue la puerta grande de la plaza de la puerta grande del Congreso, señoritos y lacayos...Milana Bonita...
Educación ibérica, política ibérica. Presente y Futuro. El sueño Europeo del progreso y el avance social hecho añicos. Hombre muertos que matan reses vivas. Hoy, palos de piruletas y bolsas de gusanitos a la salida de la plaza de toros; y un reguero de sangre se desliza como una culebra de agua por las escaleras del hemiciclo español, entre Daoiz y Velarde.
Otro idioma pero voces, caras, lugares y mensajes conocidos:
La voz del que se interesa por el problema y es recibido con evasivas y respuestas a medias...
La voz del que dice que todos son malos menos él, que es bueno porque tiene una galga retirada de 6 años en casa...
Las aficiones de los lugares rurales, con sus prácticas y tradiciones...
El dinero y los animales, los trofeos que animales ganaron para personas, las apuestas...
El funcionario que recoge al animal abandonado de la calle, el veterinario que explica el problema...
En
esta parte abordaremos el análisis de las medidas y actuaciones por la vía de distintos
tipos de normativas destinadas a reducir o prevenir el maltrato, abandono y
muerte prematura de perros de raza galgo en España. Una de las cuestiones que actúa como
catalizador de la tragedia actual que vive esta raza es la inexistencia de una
regulación adecuada en materia de protección animal que tenga en cuenta las
especiales características de la práctica de caza con galgos y del colectivo
galguero. El trágico complemento a esta regulación pobre, es el incumplimiento
de las normas existentes por parte de los cazadores y la escasa supervisión de
las administraciones públicas en lo que se refiere a protección animal.
El
aspecto más íntimamente ligado a la utilización de galgos y que a la larga más
víctimas produce, suponiendo la piedra angular en materia de una mejor
regulación de esta actividad, es la cría indiscriminada y la tenencia masiva de
ejemplares de galgos. Esta es la primera cuestión a desarrollar, para después
proponer medidas para la lucha contra todo tipo de abandono, eliminación de
ejemplares no válidos, sacrificio injustificado en veterinarios, robo y tráfico
ilegal de galgos, entrenamiento con vehículos a motor y condiciones de vida de
estos perros.
Cría indiscriminada y tenencia masiva
El
galgo español es, con mucha diferencia, la raza de perro con mayor importancia
en términos cuantitativos en España. La cifra total es desconocida, pero
diferentes estimaciones la cifran en un número no menor del medio millón de
ejemplares. Estos datos pueden parecer inverosímiles a la mayoría de la
población. De hecho un porcentaje
elevado de españoles, debido a razones geográficas, o por vivir en grandes ciudades, nunca habían visto un galgo
en la vida real hasta la reciente irrupción de esta raza de perro como animal
de compañía en nuestras ciudades. ¿Por
qué hay un número tan elevado?.
Las
razones de esta realidad tienen que ver con la actividad de caza con galgos en
el Sur e interior de nuestro país. La caza de liebres con galgos es una
modalidad de caza no selectiva (es el animal depredador el que persigue y da
caza a la presa sin intervención humana alguna) en la que el animal que sirve
al cazador (el galgo) representa el cien por cien del lance cinegético. A diferencia de otras modalidades de caza,
donde el perro es un complemento del hombre, aquí el animal lo es todo, siendo el
propietario galguero, un mero observador del momento de persecución y muerte de
la liebre. A esto hay que añadir, que en
esta la actividad, tal y como está concebida a día de hoy, lo más importante no
es la capacidad o habilidad del perro para capturar a la liebre en campo
abierto, lo que se persigue, se busca y en definitiva la cuestión central de
esta modalidad es la de determinar, de entre dos galgos que persiguen a una
liebre, cual corre más cumpliendo unas determinadas características
reglamentarias en la persecución y muerte de la presa.
Por
tanto, el galgo, como objeto central de la actividad, se convierte en un
instrumento en el que se buscan la confluencia de una serie de características
idóneas, ya sean físicas, morfológicas, de carácter, de entrenamiento, o de
comportamiento en carrera. Esto hace que un gran número galgueros traten de
encontrar los mejores ejemplares.
Por
otro lado hay que tener en cuenta dos cuestiones. La primera es que los
cachorros, habiendo excepciones, no son probados con garantías hasta una edad
que oscila entre los 10-15 meses. Y por otra, que la vida útil para la práctica
de la modalidad para estos animales no excede de los tres o cuatro años,
cuando, como es normal pensar, es un perro con una esperanza de vida media en
el entorno de 10-12 años.
Estos
factores analizados unidos a la existencia de un mercado que valora enormemente
los ejemplares con mejores características, hace que una buena parte de los
galgueros críen camadas anualmente y acumulen un gran número de perros bajo su custodia,
ya sea para la práctica de la caza, para la venta de los mismos o para la
competición.
La
realidad y exigencia de este tipo de caza, donde el perro, como ya se ha
explicado es el punto fundamental, hace que en la búsqueda de los mejores
galgos, una mayoría de ellos sean descartados por distintos motivos (taras
físicas, escasa velocidad, problemas de comportamiento, edad, carácter en
carrera, lesiones, enfermedades, incumplimiento del reglamento en carrera …).
La concepción del perro como instrumento de uso, hace que una vez que estos
galgos han demostrado no ser aptos para sus propietarios, se convierten en una
pesada carga, tanto económica como de espacio en los lugares que habitan.
Este
exigente círculo vicioso, de crianza, prueba y descarte de perros es la raíz de
toda la problemática asociada al bienestar de estos animales y la polémica
actual de cara a la prohibición de esta práctica. Ya que en un grueso de las
ocasiones el descarte de estos animales se realiza mediante el abandono, la
entrega en perreras públicas, el sacrificio veterinario de animales sanos, o el
asesinato por diversas vías.
A su
vez, la cría y acumulación masiva de animales en pos de los mejores “productos”
(como los propios galgueros los definen) y el tráfico legal e ilegal de los
mismos, hace que en una mayoría de casos, las condiciones de vida de estos
animales, aún cuando todavía no han sido descartados, tienen lugar en unos
parámetros de miseria, pobreza o aislamiento absoluto. Condiciones inaceptables
para cualquier raza de perro en la
sociedad Europea del siglo XXI.
En
cuanto a la cría y tenencia masiva de galgos, no existen diferencias
sustanciales para los diferentes estratos sociales. Podemos ver un
ejemplo en galgueros no habituales de los altos círculos de competición , como
es el caso de este vídeo:
O
podemos observar otro ejemplo en las cuadras de un galguero de fama reconocida,
tal como es Joao Moura, rejoneador portugués y ganador de la Copa S.M. del Rey
de galgos en 2010, o ganador de la Copa la Ina en 2011-12. Estas son sus
instalaciones, que aunque situadas a pocos kilómetros de la frontera española,
se encuentran en territorio portugués:
Aunque,
como hemos hablado de condiciones de aislamiento, quizá sea oportuno poner el
ejemplo del bunker-zulo de Carlos Sanz, actual Presidente de la Federación
Española de Galgos, en un pueblo de Castilla y León. Sobra decir, que la visita
de los periodistas en este caso era prevista y es interesante analizar las condiciones
idóneas de vida de un animal (dentro de un cubo de hormigón armado), para el
máximo representante del colectivo galguero en España.
Una
primera medida que parece clara sería la limitación
efectiva del número de galgos que cazador pudiera tener. Controlando el número de galgos por galguero,
se reduciría el número de ellos desechados, se desincentivaría la cría
indiscriminada de camadas de galgos, y en principio, sería presumible que a un
menor número de perros, correspondería un menor gasto de mantenimiento y es de
esperar que sus condiciones de vida pudieran mejorar. Sin embargo, y suponiendo que esto fuera
así ¿Cómo hacerlo?.
Para
empezar a hablar de un control efectivo, este debería realizarse de forma
oficial, es decir, por parte de algún organismo público. En este caso, sobra
decir que la Federación Española de Galgos (vista la práctica de sus
representantes) no son la entidad adecuada para ello, además aquí se estaría
hablando de la práctica al completo, ya sean galgueros federados o no. La
propuesta más razonable, sería que se creara una base de datos de carácter nacional
con un seguimiento y control poblacional por parte de las comunidades autónomas
(Consejerías o Departamentos de Medio Ambiente) o incluso, para ser mucho más
efectivo por la Guardia Civil (Seprona).
Se
debería fijar un número límite de perros por cazador con las siguientes
características:
-El límite sería el mismo y con carácter máximo
para datos cruzados de catastro de propiedades. Es decir, un cazador no podría
multiplicar los ejemplares poniéndolos a nombre de su esposa o hijos. El límite
lo sería por cazador y por propiedad inmobiliaria.
-El seguimiento y control del cumplimiento de la
norma se realizaría por parte de algún organismo con autoridad de carácter coactivo
e instantáneo, véase Guardia Civil (Seprona)
-Cada animal tendría un único e indivisible
propietario, que fuera el sujeto sobre el que pesaran todos los deberes
correspondientes al cumplimiento de la normativa exigible. Por tanto no se
podría minimizar o limitar la responsabilidad compartiendo la propiedad del
animal.
-El propietario debería ser persona física, nunca
jurídica. La posible adscripción de los perros a Clubes, entidades mercantiles,
deportivas o de otro tipo, podría dificultar, o diluir, las responsabilidades penales
del verdadero dueño del animal en muchos casos.
-La base de datos sería de carácter nacional.
-Se debería establecer un régimen sancionador que
desincentivara claramente el incumplimiento de la norma. Lo más coherente, es
que se estableciera una progresividad creciente y acumulativa contra el
galguero que incumpliera la norma, acordando, tras un número determinado de
sanciones o dependiendo de la gravedad de estas, la inhabilitación del mismo
para la tenencia de todo tipo de perros.
La
introducción de una norma de este tipo ayudaría en gran medida a reducir las
terribles consecuencias de la caza con galgos en España, pero contaría con el
rechazo frontal del colectivo galguero, que al ver mermadas sus capacidades de
selección entre una multitud de ejemplares, verían desvirtuada su práctica.
Control de Criadores
Como
medida que acompañara la limitación efectiva del número de galgos por
propietario se debería de controlar, de forma simultánea la crianza de camadas.
Para ello se debería unir a la base de datos de ejemplares un registro oficial
de criadores. La normativa, teniendo en cuenta que en la base de la
problemática de los galgos en España está el elevado número de camadas
incontroladas, debería ser claramente desincentivadora de la cría de camadas. Esto se logra con dos
instrumentos complementarios, la limitación de crianza y venta sólo a criadores
autorizados, y el establecimiento de un sistema de tasas desincentivador para
formar parte de dicho registro de criadores autorizados. La conexión entre los
datos del registro de ejemplares y los de criadores podría establecer, no ya
sólo el destino de las camadas autorizadas, sino también las ventas de
cachorros y todo el tráfico mercantil asociado a las mismas. Datos que debieran
ser muy útiles de cara a la fiscalización por parte de las autoridades
tributarias, de un negocio hasta hoy tan oscuro, como la compra y venta de
galgos en España.
Identificación de perros
Supuesta
una limitación efectiva en el número de galgos y un cumplimiento de un control
y fiscalización de camadas, así como de compra-venta de galgos. ¿Cómo asegurar
que no son eliminados para cambiarlos por otros?. Este es el campo de la adecuada
identificación de los animales. El principio básico a cumplir, es que todo el
que tenga un perro, sea responsable de su bienestar hasta el final de sus días,
o de encontrarle una salida coherente con su bienestar, si por razones de
fuerza mayor (entre las que no se encuentra su capacidad para la caza) no puede
hacerse cargo de él. Pero para poder controlar esto hay que saber con exactitud
identificar cada perro de forma individual y con el 100% de fiabilidad.
El
uso del chip para la identificación de galgos ha resultado ser una medida
claramente insuficiente para controlar su número y las distintas y penosas
situaciones que viven estos animales. La facilidad para la localización del
chip, hace que los galgueros puedan quitarle el chip a los animales antes de
abandonarlos, dejarlos en una perrera o asesinarlos de distintas formas. El
tatuaje en orejas tampoco ha resultado ser efectivo existiendo la posibilidad
de amputación de distintas formas de la oreja del animal.
El
avance de las técnicas de identificación por ADN actuales, así como la
economicidad de las mismas hacen posible que la identificación de perros con
esta técnica sea ya posible y deseable. Por tanto, todo galgo debiera estar
identificado por su código genético fuera cual fuera su edad, estado físico,
utilización básica y propietario. Este dato sería de una importancia capital
porque permitiría el control efectivo de la vida del mismo, desde su nacimiento
hasta su muerte. Y además centraría en el propietario la responsabilidad de su
vida como cachorro, de su vida como galgo apto para la caza y de su vida tras
ser retirado de la caza o de la cría hasta el final de sus días.
Este
código indentificativo sería el dato básico en lo que se refiere al perro, de
la ya comentada base central de registro de ejemplares de galgos en nuestro país.
Sobre
decir, que la identificación de todos los galgos, aptos y no aptos para la
caza, será rechazada de plano por todo el colectivo galguero. En este caso, la
consideración ética para con los galgos que ya no son aptos para la caza es difícil
de inculcar en este colectivo, para el que estos animales han perdido toda
funcionalidad o valor, y evitarán la carga de cualquier tipo de responsabilidad
al respecto.
Contra el abandono
La
identificación efectiva de los perros es la mejor medida para poder denunciar a
los responsables de su abandono. El abandono ha de ser siempre considerado como
un acto de maltrato animal. La reglamentación en el caso de los galgos debería
ser lo suficientemente clara y estricta para que cualquier caso de extravío,
robo o pérdida fuera notificado con carácter inmediato a las autoridades, para
evitar la picaresca consistente en declarar, que una vez que el perro ha sido
encontrado abandonado y localizado su dueño, este declare que se le había
extraviado. Para ello sería útil la creación de métodos rápidos y sencillos
para denunciar extravíos o pérdidas, tales como teléfonos gratuitos, o
denuncias on-line o con modelos preestablecidos.
De
la misma forma, la entrega de galgos por parte de sus propietarios en las
perreras municipales o de otra clase, sin la garantía real para el bienestar
del animal y su futuro, debe ser considerado abandono y por tanto maltrato
animal. Lo coherente, en este caso, es que los propietarios de los animales
entreguen en las perreras animales que no puedan atender por causas de fuerza
mayor. En ningún caso, estas causas debieran ser el retiro de los ejemplares de
perros que ya no valen para la caza o que no le interesa mantener al cazador. En
este caso, la medida es muy sencilla de cumplir. Una vez controlado el número y
el destino de cada animal por parte de las autoridades, los casos de fuerza
mayor para dejar un perro en la perrera deberán ser debidamente justificados.
La repetición de un mismo galguero (o una misma referencia catastral) en los
argumentos de causa de fuerza mayor, invitarán a la investigación, sanción e
inhabilitación para la caza del responsable del abandono, independientemente de
las responsabilidades administrativas o penales que se puedan derivar de sus
actos.
En
la actualidad, en España, las perreras públicas aceptan el abandono masivo de
galgos y todo tipo de perros con la connivencia de las administraciones locales
y regionales, que así esconden el problema del abandono y eliminación de perros
“sobrantes” . En algunos lugares, como en las zonas galgueras de la provincia
de Badajoz, los galgos a desechar, son
recogidos por vehículos de la administración regional, a instancias de los
ayuntamientos, sin control de número ni estado físico, para ser llevados a
perreras que actúan como sumideros o campos de exterminio. Por tanto, es
razonable pensar que cualquier avance en el sentido de minimizar el abandono,
ya sea el ilegal (en la vía pública) o el legal (en perreras) será una tarea
muy complicada.
Galgo joven abandonado por su propietario en la perrera de Olivenza (Badajoz). 2009
Eliminación de ejemplares no válidos
Se
sabe que la mayoría de los galgos desechados por los cazadores por todas las
causas ya explicadas son asesinados por ellos mismos y eliminados de diversas
formas. Principalmente tirados a vertederos, a pozos o enterrados en el campo.
Sólo una minúscula parte de estos casos es hallada por los ciudadanos y una
proporción aún menor, es denunciada e investigada por las autoridades para la búsqueda
y castigo de los responsables. Es lógico pedir un mayor esfuerzo a toda la
población para la denuncia de estos casos y también a las autoridades, para el
esclarecimiento de los mismos.
La
única manera de luchar contra estas prácticas salvajes es el control de los
galgos y su identificación efectiva. De esta forma, con una reglamentación
efectiva, los galgueros no podrían justificar la ausencia de los animales que
han sido eliminados y sustituidos por otros en sus cuadras. Y del mismo modo
que en los anteriores casos, esta falta de información y justificación de los
galgos que ya no tienen deberían conducir a la sanción e inhabilitación para la
tenencia de perros de aquellos que no pudieran aclarar el destino de los
lebreles de su propiedad. Independientemente de la responsabilidad penal
exigible en los casos hallados de asesinatos de perros.
Actualmente,
ni existe, como ya se ha visto, la identificación efectiva, ni el control de
los galgos de los galgueros, por tanto, el camino a recorrer en este aspecto
sería muy largo. Y como en el resto de la regulación propuesta no contaría con
el apoyo del colectivo galguero, habida cuenta de que todas estas medidas
harían difícilmente viable una práctica que tiene en la renovación de galgos
jóvenes una de las claves de su existencia.
Vertedero con los restos de más de cien galgos asesinados en Villatobas (Toledo) . 2009
Sacrificio injustificado realizado por
veterinarios
Otra
de las formas que tienen los cazadores de deshacerse de sus “productos”
sobrantes es el sacrificio en una clínica veterinaria. Esta es una práctica
minoritaria, debido a los costes que supone para el galguero este tipo de
solución a su problema. Dado el casi inexistente control actual de las
prácticas de los galgueros para con sus perros por la administración, la
ecuación Coste/Beneficio de llevar a sus perros no válidos a morir a una clínica
veterinaria no hace esta la mejor opción, comparada con métodos de eliminación
menos considerados con el animal, pero más baratos, como pueden ser tirarlos a
un pozo, o pegarles un tiro en un vertedero. No obstante, y conociendo la
creciente sensibilización de parte de la sociedad contra el asesinato “tradicional”
de galgos, estos casos existen, e incluso, son considerados como una buena
práctica o una actitud ejemplar dentro del colectivo galguero.
En
estos casos, se ha de volcar el esfuerzo y la presión sobre el colectivo veterinario.
El sacrificio de animales sanos (le valgan o no al propietario para cualquier cosa)
va en contra del Código Deontológico oficial del colectivo veterinario. Es
necesario que esto se conozca a todos los niveles. Para ello se deberá
denunciar al veterinario en cuestión y darle la máxima publicidad al asunto.
Estos casos de mala praxis veterinaria sólo cesarán cuando se hagan públicas
denuncias que acarreen la apertura de expedientes en el Colegio de
Veterinarios, para que aquella minoría de profesionales que acceda a realizar
estos sacrificios injustificados sea conscientes de los riesgos personales y
económicos a los que se enfrenta.
También
estos casos serían evitables con un control efectivo de número de perros y un
seguimiento efectivo de su destino por parte de las autoridades.
Se adjunta link al Código Deontológico de la profesión veterinaria:
La
continua búsqueda de los mejores galgos por los miembros del colectivo
galguero, unido al descontrol de la cría y tenencia de estos animales por parte
de las autoridades hace que exista un mercado negro muy activo para estos
perros. Los lebreles más cotizados, generalmente por haber demostrado sus
cualidades en campeonatos o por haberse granjeado una fama en el mundillo
galguero por la calidad de sus descendientes, pueden llegar a venderse por
cantidades astronómicas de dinero. No es extraño que se realicen transacciones
de compra-venta de galgos por valores que superen los veinte o treinta mil
euros. Esta es la gota que colma el vaso
del catálogo de desgracias que sufre esta raza en España. La potencialidad,
aunque remota, que todo cachorro tiene de convertirse en un galgo con buenas
aptitudes para la competición, existe, y por tanto, esto los convierte en
objetos que cotizan un valor en el mercado y con los que se puede hacer
negocio. Y no sólo los cachorros, sino también las hembras y los machos adultos
por su capacidad para críar.
Este
movimiento de dinero y estas posibilidades de negocio son las que atraen a este
mundo a redes de delincuentes de todo tipo con el objetivo del robo de galgos.
Desde redes organizadas, hasta ladrones oportunistas cuyos objetivos son los
galgos potencialmente aptos para la caza, o simplemente susceptibles de tener
un precio en el mercado negro. Y a esta causa es principalmente debida la
asociación de galgos en los mayores focos marginales de nuestras ciudades y
pueblos.
En
este mercado, como en todos por definición, existe oferta y demanda. La demanda
de galgos jóvenes tanto en el mercado de galgos robados como en el de críadores
“tradicionales” está constituido por miembros del propio colectivo galguero.
Como no podía ser de otra manera según el principio de búsqueda de los mejores
galgos temporada a temporada.
Además,
en el caso de los robos, estos se ven favorecidos porque en la mayoría de los
casos los perros malviven (como se ha podido ver gráficamente) en cuadras,
búnkeres, zulos u otros espacios destinados a tal efecto, pero prácticamente en
ningún caso comparten techo con su propietario (tal y como lo hacen los
animales de compañía). La mayoría de estos robos se hacen en este tipo de
dependencias cuando no están los propietarios, aunque también se han reportado
casos de robos en domicilios, robos con violencia etc… aunque son mucho menos
frecuentes.
El
mercado negro, la marginalidad, y el tráfico de estos animales no hace sino
favorecer la existencia de casos de maltrato, asesinato y abandono. Por tanto,
en este sentido las medidas regulatorias deberían conducir a perseguir los
robos de perros y a controlar la existencia de un mercado “en la sombra” de
estos animales.
Una
aproximación sencilla a las causas de este problema nos puede conducir a las
posibles soluciones. Si la existencia de ejemplares deseados y con una alta
cotización favorece un mercado ilegal y los robos se deberían buscar medidas
que eliminaran ese concepto de una “alta cotización”. En este sentido una
medida que sin acabar con la práctica de caza con galgos reduciría los robos y
mercado negro sería la eliminación de cualquier tipo de competición de carácter
oficial. De esta forma se evitaría dar publicidad y prestigio a los perros
ganadores o “grandes competidores” y no se promocionaría este terrible mercado.
La
eliminación de toda competición oficial de caza con galgos no acabaría con los
robos, pero reduciría bastante su frecuencia y mermaría con toda seguridad el
tráfico ílegal de galgos robados o no, al eliminar las grandes referencias de
estos mercados. No obstante, medidas como esta, que favorecerían el bienestar
de miles de galgos y de sus propietarios no son consideradas por los
representantes del mundillo galguero, que sigue empeñado en la promoción y
multiplicación de toda suerte de competiciones de esta modalidad en territorio
nacional.
Es
destacable, que a día de hoy, no constan ni son públicas decisiones de ningún
estamento oficial que representa a organizaciones galgueras, que expulsen,
inhabiliten, o sancionen a ningún miembro de las mismas por la participación en
tráfico ilegal o robos de galgos.
Entrenamiento con vehículos a motor
El
entrenamiento de galgos atados a vehículos a motor es todavía una práctica
habitual. No es extraño encontrarse en caminos públicos a galgueros tirando de
cuatro, cinco o diez galgos atados con cuerdas todo tipo de vehículos para
recorrer varios kilómetros en lo que se supone es el entrenamiento de estos
perros. Esta es una práctica prohibida por la normativa actual, y
afortunadamente cada vez es menos habitual verla. No obstante todavía está muy
arraigada en determinadas zonas de Andalucía, Extremadura e incluso en zonas de
Castilla-La Mancha muy cercanas a Madrid. Las medidas regulatorias en este
sentido pasarían no sólo por establecer un régimen sancionador ejemplificante y
claramente desincentivador de estos ejemplos de maltrato animal, sino por
regular además las condiciones en que estos animales pueden ser atados a
vehículos de tracción no motora ,como las bicicletas, en cuestiones como
temperatura exterior, numero de animales, condiciones de los herrajes etc.
Además
resulta indispensable que los casos conocidos de entrenamiento con vehículos a
motor sean denunciados para no relajar la presión ante esta abominable
práctica.
Los
representantes del mundo galguero tienen otra opinión a este respecto. Valga
como ejemplo las reuniones que la Federación Andaluza de Galgos ha mantenido
con responsables de los servicios de Medio Ambiente de la región de Andalucía
en 2011 para la legalización de estas prácticas que están consideradas como
maltrato. Por tanto, es de suponer, que no se contaría con el apoyo de este
colectivo en una deseable revisión de las normas a unas que favorezcan un mayor
bienestar en los perros.
Entrenamiento de galgos con vehículos a motor.
Condiciones de vida
Cualquier
avance en la normativa sobre tenencia y utilización de galgos no estaría
completa si no se establecieran una condiciones mínimas de bienestar de estos
animales mientras están en manos de los cazadores. Se debería exigir un mínimo de espacio por
animal, así como la prohibición de tener a los perros atados en los corrales o
jaulas. También se debería obligar a los
galgueros a tener las condiciones de ventilación y refugio adecuadas para un
adecuado bienestar de los animales.
Este
apartado debería incluir las ya comentadas condiciones de habitabilidad, de
protección contra las inclemencias meteorológias, prohibición de la instalación de sistemas
antiladrido que afecten a la calidad de vida de los animales, condiciones de
alimentación , salubridad y exigentes medidas sanitarias.
Conclusiones sobre regulación
La
batería de medidas propuestas en este texto, así como otras que se puedan
proponer forman parte lógica de la evolución hacía un mejor trato a los
animales en una sociedad europea actual.
Hay
que tener en cuenta que la caza con galgos es una práctica tradicional en las
zonas rurales de España. Son estos, lugares con bajos índices alfabetización y
desarrollo educativo (en términos relativos a los existentes en las zonas
urbanas). La tradición ,la incultura, las derivaciones económicas de esta
actividad y la resistencia al cambio de las personas implicadas hacen que las
lógicas evoluciones en materia de bienestar animal choquen contra el muro del
colectivo afín a los cazadores y con unas administraciones públicas locales
temerosas de pagar un precio en votos a cambio de una imparable evolución en
las leyes que rigen el bienestar animal.
La
consecución de una buena parte de las medidas aquí propuestas , debido a la
complejidad y el coste de su cumplimiento, reducirían la práctica de la caza
con galgos a una minoría pudiente y la harían inviable para los bolsillos más
modestos. Esto, y sin falta de razones, podría ser considerado injusto para una
gran mayoría de los que utilizan a los galgos. En este sentido, medidas
intermedias como la eliminación de cualquier tipo de competición oficial, ayudarían a no beneficiar exclusivamente a las clases con mayor capacidad
económica.
A
largo plazo, las únicas medidas realmente efectivas son las preventivas. En
este sentido, la educación en valores de respeto y buen trato a los animales
harían más a largo plazo que cientos de regímenes sancionadores a corto.
Una
regulación que reduzca sensiblemente el maltrato, abandono y asesinato de
galgos, es una tarea complicada, que engloba distintos campos de actuación y
que siempre contará con la oposición de todo el mundo galguero.
Bajo
el principio, de que el que contamina… paga. Toda la regulación para la
reducción del maltrato y sufrimiento de estos animales, así como la gestión de
su destino de retiro, cuando sea necesario, debe ser costeado por los
responsables del problema, es decir, el colectivo galguero. Estos costes deben
ser reglamentariamente incorporados a su práctica y deben ser asumidos como
parte de ella.
En
caso de que estos avances, puedan llegar a ser algún día una realidad, nos
podremos empezar a plantear que nuestro país deje de ser la vergüenza de Europa
en materia de trato a sus perros.
En la siguiente entrega parte Caza con Galgos: Prohibición
¿Podemos acabar con la tragedia de los galgos en España?
¿Es posible conseguir mediante el avance en la normativa la mejora de las condiciones de vida y muerte de estos perros?
¿Es la prohibición de la modalidad una utopía que no conducirá a ninguna parte?
¿Cuales son las cuestiones que se deben plantear para disminuir el sufrimiento de tantos animales?
¿En que punto estamos? ¿Hay motivos para la esperanza?
¿Se puede llegar a algún tipo de entendimiento duradero entre los colectivos de cazadores y proteccionistas?
¿Cual es el papel de la administración?¿Y su responsabilidad?
¿Qué nos deparará el futuro?
...
Diez preguntas que bien podrían ser mil. Todas ellas con el objetivo de poner sobre la mesa la problemática asociada al abandono y maltrato de galgos en España. Sus implicaciones y posibles soluciones.
Corral de un galguero. Quintana de la Serena (Badajoz)
Prohibición Vs Regulación
A pesar de que prácticamente todas las propuestas en defensa del bienestar de los galgos en Europa tienen un fin compartido que es el fin de la tragedia de esta raza de perros, las orientaciones prácticas a la hora de plantear el problema son muy distintas. Frente a la exigencia de la prohibición de la modalidad de caza con galgos como única solución propugnada por algunos (entre los que yo me encuentro), podemos encontrar voces que apuestan por una regulación mucho más exigente en la tenencia, cría, comercio y utilización de estos perros. Se busca, en este caso, la mejora de las condiciones de vida de los perros de los cazadores, la prevención del maltrato, del sacrificio no veterinario, del abandono y de todo el catálogo de miserias que día a día vemos en nuestras carreteras, pueblos, protectoras, redes sociales etc.
Antes de analizar ambos planteamientos, es necesario que se establezcan unas premisas iniciales para que el texto quede claramente enfocado y no haya lugar a malas interpretaciones. a esto dedicaré la primera parte de la exposición, para que en posteriores entregas podamos analizar en profundidad cada una de las opciones.
La vida más mísera.
Planteamiento y premisas iniciales
En primer lugar, cuando se hable de caza con galgos el lector deberá entender como incluida la práctica de las carreras en recta. Es claro que son "usos" diferentes a los que se emplean los galgos en España, pero a los efectos de este texto se considerarán como englobadas en el término "caza con galgos". A diferencia de lo que ocurre en otros países donde estos animales también se encuentran en una situación de explotación, como pueda ser Argentina (carreras y caza) o Irlanda y EEUU (carreras), en nuestro país la utilización en la modalidad de caza de liebres en campo es claramente dominante frente a otras prácticas y es a la que haremos referencia. Pero todo lo dicho para ella se considerará aplicado a las carreras, que como apoyo a lo ya expuesto se celebran en España en la épocas en la que la caza está vedada, fundamentalmente en primavera y verano.
No es objeto de este texto el entrar en polémica con cifras de abandonos y maltrato de galgos. Doy por demostrada la existencia del problema y su magnitud. Es indiferente que la cifra real de abandonos, asesinatos, sacrificios sin razón veterinaria o entrega en protectoras sea de diez, veinte o cien mil ejemplares al año. La premisa de partida es que se trata de una situación inasumible para una sociedad que se encuentra, medido según el Indice de Desarrollo Humano de la ONU, en el puesto 23 a nivel mundial en cuanto al nivel de desarrollo social. Las posturas negacionistas siguen existiendo y tienen como origen el colectivo de cazadores. Sin embargo, nosotros aquí daremos ese paso como superado y no le dedicaremos ni una linea más. El problema existe y es indiscutible. El hecho de que las cifras oficiales no sean representativas de la realidad es responsabilidad, a partes iguales, de las personas que estamos implicadas en protección animal y de la administración pública. Y este si será un punto de necesario análisis.
El problema es sumamente complejo. A pesar de que podamos manifestar nuestra repulsa e indignación por tantos y tantos casos de maltrato. Las causas, las raíces, las prácticas, las consideraciones éticas hacia lo que es o no adecuado en cuanto a trato y utilización de los animales; así como el entendimiento de la sociedad rural de determinadas zonas de nuestro país hace que el abordaje de las distintas soluciones y enfoques al problema no sean tarea sencilla. Si le preguntamos a la sociedad su opinión acerca de que alguien cuelgue a su perro de un olivo con una cuerda de tender, el cien por cien mostrará su rechazo (incluso el que lo ha colgado). Si después de preguntamos a las mismas personas que les parece que sus perros vivan en una cuadra, el porcentaje de rechazo bajará sustancialmente (sobre todo en función de donde lo preguntemos). Y así seguiremos ramificando y diversificando un problema difícil de entender y que nos enfrenta con la concepción que tenemos de los animales y su interacción con nosotros, los humanos.
La visión aplicable de lo que aquí exponemos es la de la persona que se ha encontrado con este problema o que lo quiere conocer. Es decir, cuando se hable de defensa del galgo español, se entiende por galgo español a todos los ejemplares, ya sean aptos para la caza y carreras o no. El colectivo de galgueros emplea el término "defensa del galgo" como sinónimo de "defensa de la caza con galgos" o de "defensa de los galgos que son aptos para ser utilizados en caza, cría etc". Partiremos de este término también como una etapa superada, y al referirnos a "defensa del galgo" lo haremos pensando en todos. Incluiremos por ejemplo, a los de edad avanzada, a los lesionados, a los cojos, a los enfermos, a los sanos, etc...
Para no llevar a interpretaciones erróneas, cuando se hable de galgueros, se entenderá a aquellas personas que utilizan sus perros para la caza de liebre en campo y /o para las carreras. Incluimos aquí a criadores, cazadores federados, no federados, residentes en un cortijo con coto propio de 1500 Ha´s, residentes en una infravivienda, que compitan, que no compitan, que vendan perros, que los compren, de cualquier etnia y edad. Todos con la coincidencia que utilizan esta raza de perro con esta finalidad y que da alguna manera o de otra están ligados a este mundo de utilización del galgo no como animal de compañía.
El hecho de centrarnos sólamente en el problema de la caza con galgo no excluye que exista una dramática situación para muchos perros en España que no son galgos. Esto no es una coletilla necesaria como justificación de un clasismo entre razas de perros. El maltrato y abandono de perros en España es un problema general y afecta a todas las razas y colores. Mi experiencia personal, que ha estado condicionada por lo vivido en Extremadura, Castilla-La Mancha y Andalucía me ha mostrado lo peor del trato a los perros. En el problema del galgo hay algo tan claro, tan desproporcionado y brutal, tan institucionalizado y tan centrado en un colectivo, que es necesario atacarlo por separado. Además, es tal la proporción de esfuerzos y recursos que emplean las asociaciones y personas implicadas, que me hace pensar que si se lograra una solución o un avance sustantivo en cuanto la problemática del galgo, mejoraríamos automáticamente la capacidad de las asociaciones y organismos para la lucha contra el maltrato y abandono general, sin centrarnos en razas o prácticas. Y esta causa si que no se resolverá ni abordará tan fácilmente, porque nos implica a todos y penetra en los más profundo de nuestros hogares, ya seamos de campo o ciudad, de llanura o de playa. Esperemos que esa sea nuestra única lucha algún día.
Fijadas estas premisas podremos abordar con la máxima claridad la cuestión y posibles soluciones.
En la siguiente parte: Caza con Galgos: Regulación
Cada vez veo más gente que se preocupa por el bienestar de los animales. A la gente le parece menos extraño que en su entorno haya alguien que visita un protectora, que acoge perros abandonados o que acude a una manifestación contra el maltrato animal. Es evidente que gran parte de esta percepción está causada por la difusión de las redes sociales, fundamentalmente Facebook y Twitter.
La descripción de toda esta masa social, desde el punto de vista de la implicación en el mundo de la protección animal bien podría tener una forma típica de pirámide de población. Una base muy amplia, que representaría el simple interés o simpatía hacia estas causas y que se manifiesta por un golpe de click en el "me gusta" de determinada noticia o difusión. Seguida de personas más implicadas que difunden y se preocupan por solucionar casos etc. Así, según subimos en la pirámide, y con volúmenes más bajos encontramos las personas que se implican en el mundo real (voluntarios, socios de protectoras, independientes, etc...). Y finalmente, en la parte más alta de la pirámide los miembros y responsables de protectoras, que son, al final, los que más sufren y entienden el problema. Los más implicados y los que tienen mayores cotas de responsabilidad.
Lo que no podemos negar, es que el número total de personas que están, de alguna manera o de otra, dentro de esa pirámide, es grande, y cada vez más. Y aunque haya momentos (como el fin de la temporada de caza) en que parezca que no se avanza nada, si miramos retrospectivamente y sabemos andar unos cuantos lustros atrás, veremos que si hemos ido a mejor.
Ahora me haría unas cuantas preguntas:
A pesar de las diferencias que todos tenemos y tendremos. ¿No luchamos contra un enemigo común?.
La incultura, las ideas reaccionarias de tradición, la ignorancia, la incomprensión para con los animales...¿No son esos los enemigos de todos?.
¿Hemos pensado cual sería el resultado si en las causas generales, tales como la Ley de Protección animal, campañas anti-caza o anti-festejos con animales, toda nuestra masa social fuera con un mensaje claro y una sola voz?. Puede que me equivoque, pero creo que el salto cualitativo sería muy amplio.
Creo que la sociedad de nuestro país y de nuestra esperanza llamada Unión Europea, nos debe empezar a oir. Y sería bueno que nos oyeran de forma coordinada, firme y coherente. Un millón de mensajes lanzados por un millón de personas, no son ni parecido a un mensaje que representa a un millón de personas.
Esto no hará que muchos de nosotros pensemos igual, o que coincidamos en las orientaciones y puntos de vista, pero quizá si que nos demos cuenta que luchamos contra enemigos comunes. Enemigos a los que no ganaremos con guerra de guerrillas.
Quizá pueda parecer un pensamiento idealista o utópico. No lo es, en el fondo es cien por cien pragmático. Es el único camino para conseguir que las cosas mejoren de una vez y para siempre.
El siguiente video es de los Monty Python y acompaña este mensaje, reflexionemos todos. En nuestra mano está luchar para ganar.