miércoles, 7 de septiembre de 2011

Belleza herida

Hay un pensamiento que me ha asaltado las últimas veces que me he subido a un avión y he visto la superficie de la tierra desde gran altura. Los pueblos, las ciudades, las carreteras... todo en minúsculo tamaño, tejiendo una especie de red sobre la tierra, como una tela de araña. Lo que me ha venido a la cabeza es la similitud de la expansión humana como una gran enfermedad cutánea para el planeta. El hombre y sus obras creando un tejido cancerígeno que lentamente se va desarrollando sobre la piel del planeta hasta que lo asfixia y lo mata.
Parece un proceso imparable, contra el que nada se puede hacer. Es probable que sólo un gran cataclismo podrá conseguir que la humanidad advierta que el desarrollo tal y como está concebido conducirá a la destrucción. Pero quizá, para entonces, ya no haya nada que hacer...


1 comentario:

  1. M. Carmen - As. LAS NIEVES8 de septiembre de 2011, 8:32

    Gracias.
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    El documental ya lo dice todo.

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